jueves, 11 de diciembre de 2008

El misterio de Moreno

El hilo ya acumulaba una pila de 60 centímetros de alto y casi 2 metros y medio de circunferencia y seguía cayendo. Los dueños estaba mudando unos maceteros y la cucha hacia la terraza de la casa, ante los desesperanzados ojos del perro, que resignado, ya había abandonado sus esfuerzos por detener la creciente maraña a ladridos. Por no hablar de que ese acto era un reconocimiento de derrota, al dejar todo el patio libre para que se llene de hilo.
- ¿Cuando comenzó esto?
El bombero miro los ojos del dueño del lugar pasándole la palabra
- A las seis de la mañana aproximadamente me despertaron los ladridos de Boby, por ahí, ya estaba cayendo desde las 5 o las 4, no se.-
Mi respuesta fue el mas sabio "¡hum!" que pude gruñir.
Es un hilo común, como el que se usa para coser, de color gris. Tome un poco con la brusela , corte un trozo de 20 centímetros y lo guarde con cuidado en una bolsa para muestras.
- ¿Porque no lo toca? ¿Es peligroso? ¡Nosotros lo estuvimos moviendo con las manos y mis hijos lo llevaron hasta el living! - Se enloqueció don Gaspar.
- Nosotros también lo tocamos sin guantes, ¿tenemos que limpiarnos la piel con algún producto? Aunque fue mas profesional, el bombero también se enloqueció.
Nunca pensé que mis procedimientos normales lleguen a alucinar tanto a otras personas. Puse mi cara de técnico serio y explique: - No creo que sea peligroso, pero no esta de mas tomar algunas prevenciones. Lavense todos muy bien las manos con jabón, cambiense la ropa y limpien con lejía los lugares por donde llevaron el hilo. Si tienen algún pedazo cortado por ahí, traiganlo a la pila, con cuidado. -
Eso me iba a dejar un poco de tiempo a solas.
El hilo caía a una velocidad aproximada de 30 cm por segundo, constante. Al llegar a la pila se curvaba en sentido horario y rotaba, como cualquier liquido en chorro. La pila se extendía a los costados a medida que el peso de los rulos los hacia caer hacia los lados.
A simple vista nada lo diferenciaba de un hilo de coser, solo ese pequeño detalle de estar cayendo constantemente en forma vertical desde el infinito.
Con el zoom de la cámara lo alcanzo a ver hasta quizás unos 50 o 60 metros de altura. A partir de los 20, se empezaba a mover según el viento. Pero eran pequeñas oscilaciones aleatorias de hasta 50 centímetros.
Las limitaciones de la óptica y el sol ya casi al mediodía no me permitieron ver mas lejos. si quería ver de donde venia necesitaría un helicóptero o un globo aerostático. Aunque un poco de lógica me indicaba que una fabrica de hilo de coser flotante que estuviera dentro de nuestra atmósfera debería ser visible al ojo desnudo.
Me parece que en este caso, lo mas inteligente que podría hacer es recomendar a la familia que se mude provisionalmente a otro lugar (a donde y como sera problema de Defensa Civil) y esperar que el hilo se acabe alguna vez mientras lo observo bajo el microscopio.
Se me ocurrió que para las pruebas de carbono 14 (no pienso dejar instrumento en el laboratorio sin usar) un pequeña muestra no seria suficiente, así que mientras le explicaba al jefe de bomberos la precauciones del caso, recogí casi medio kilo de hilo justo a tiempo para abandonar la casa antes de enfrentar las preguntas de la familia.
Al irme le dije a los productores que ya podían empezar el show y comenzar a registrar las imágenes. El "doble de manos" haría la parodia de recolección de muestras y yo participaría en las tomas desde el laboratorio cuando tenga algo que informar.

Ser el partener "serio" de un programa de televisión donde se investigan casos anormales y se resuelven mediante procedimientos científicos, me ha traído cierta fortuna, cierta popularidad, cierto reconocimiento de parte de mis colegas y una importante aversión a las preguntas y al acoso del publico.
He lidiado con fantasmas y con falsificadores, con ovnis y con falsificadores, con combustiones instantáneas y con bonzos, con chupacabras y con predadores naturales. Me he enemistado con magos, tahúres, mediums y adivinos. Hasta he oficiado de seudo-telepata con mejores resultado que telepatas certificados por la Sorbona. Y ciertamente han habido casos en los que retorcí un poco los procedimientos para llegar a algo que tenga cierta coherencia argumental. Por suerte siempre he podido expresar mis dudas y dejar abierto el caso para que se siga investigando. Era una buena manera de "re-ver" capitulo viejos cuando nos quedábamos sin tema.
Algunas veces fue la opinión de algún televidente lo que me revelo que detalle se me había pasado por alto o que explicación no era suficiente.
Aprendí entonces, que no hay siempre una "respuesta" para cada enigma. O hay varias igual de valederas o todavía no sabemos lo suficiente. O quizás sencillamente, no hay ninguna explicación.

Cuando me llamaron esa mañana y me adelantaron de la situación tuve esa sensación de derrota agobiante. Dentro de lo extraordinario de mi experiencia esto era verdaderamente "raro" y lo primero que sugerí fue que se siguiera con la rutina de la producción, que quizás esto no tenga respuesta. No al menos en esta temporada (como para darles alguna esperanza, al menos a ellos)

Después del almuerzo, donde el centro de mesa era una bolsa de muestras llenas de hilo gris, con el grupo nos pusimos a investigar. La radiación emitida era similar a la muestras ambientales, si es por eso, el hilo tranquilamente pudo haber sido fabricado en la zona oeste del conurbano bonaerense.
Del INTI nos prometieron muestras de distintos fabricantes a mas tardar para mañana a la tarde. Bajo el microscopio óptico se veían hilos de lana y de poliéster. En el electrónico se veían pequeñas plaquitas de metales pesados, cristales de azufre, silicio y motas de carbón.
Entre las hebras no había nada orgánico, los compuestos de carbono se hallaban sobre las capas exteriores del hilo, así que seguramente eran contaminación ambiental. Por la forma en que se depositaron los detritus, hubo condensación de humedad. Así que el hilo venia cayendo desde entre 700 y 2000 metros mínimo. Con su habitual ineficiencia el SMN no nos pudo informar de la altura de la capa de condensación en Moreno ese día.
En cuando pueda, encargo obtener esa información mediante la NASA.
Preparar las muestras para el espectrómetro de masas nos iba a consumir el resto del día. Y lo mismo habría de ocurrir con los disolventes para el estudio de ADN. Hicimos lo que pudimos y nos fuimos a descansar después de un poco productivo brainstorming a la hora de la cena.

Me desperté pensando en que podía producir que un hilo descendiera verticalmente desde varios cientos de metros sin desplazar el punto de contacto con el suelo en solo unos pocos centímetros a la redonda. Y desperté a mi esposa llamando por teléfono a mis productores para que registraran la posición con el GPS y chequearan el entorno magnético al menos con una brújula de mano.
Me informaron que la pila ya debería pesar cerca de cien kilos y que llegaba a los paredones del patio. Dejaron una cámara secuencial que tomaba fotos cada 2 segundos y se podía acceder a la misma desde internet. Desde el siempre prendido netbook de mi hijo pude ver que lo único que había variado era la cantidad caída, mismo régimen, mismo color, mismo misterio. Y que la familia con el perro incluido había huido llevándose hasta el enano del jardín.

Al finalizar el día tres todo lo que teníamos era: Un hilo que no había sido fabricado en el merco-sur, sin trazas de ningún ADN (ni siquiera el de la oveja), coloreado con plomo, con una antigüedad no registrable por carbono14 (es decir hecho en los últimos 50 años), y con un trenzado perfecto, sin fallas en la maquinaria que lo produce ni en los carretes donde se ruecan las fibras. Y limpiado con cloro.
Y con amenaza de evacuación de las casa vecinas.

En el día cinco provocamos la primera interrupción del flujo Las aspas de un helicóptero cortaron en reiteradas ocasiones el hilo a 300 y a 450 metros. Los segmentos cayeron por cualquier lugar según los arrastraba el viento pero en cuando se permitió la continuidad, el hilo volvió a caer en su lugar habitual.
Un avión paso repetidas veces a diferentes alturas sobre la vertical del lugar y nunca se interrupío la caída. O el avión no se encontró con el hilo o la hiladora es invisible y esta a menos de 700 metros de altura.

Para el día ocho la casa estaba tapada de hilo y el barrio cubierto de periodistas, investigadores de todas partes del mundo, servicios secretos de todas partes del mundo, locos, fanáticos y vendedores de choripanes. Quienes en definitiva siempre son los únicos en obtener ganancias de las muchedumbres.
Junto a la recién formada coalición de adoradores del método científico (los que no demostrábamos tener mejores basamentos que los adoradores del hilo sagrado) preparamos un globo de helio que seguiría el hilo con un sensor de contacto hasta donde empezara.
El día diez D.H. a las 10:25 h D.H. (o sea, alas 16:25 aprox) el globo reventó a 29478 metros sobre el santísimo punto de contacto del hilo santo sin haber encontrado el principio del mismo.
Era evidente, ninguna técnica humana podía encontrar a la rueca de Dios.
Lo que no disminuyo ni en un centavo el valor de venta de los restos del globo en eBay.

El desconcierto en la comunidad científica era total. Prácticamente se detuvieron todas las áreas de investigación para abocarse a el problema del hilo.
Quizás este montaña de lana y poliéster estaba retrasando en años la cura del sida, del cáncer y los estudios en superconductividad y nuevos materiales sintéticos.

Dado que fui el primero en tener en contacto con el misterio, el resto de los grupos de investigadores me nombraron administrador y facilitador principal de todo los intentos de estudio que se comenzaron a realizar.
Convenimos en dar libre acceso a toda medición que se realizara y a compartir toda idea que se nos ocurriera, por loca que parezca.
El grupo israelí trajo un equipo óptico de extrema precisión. Se necesito montar una base de hormigón de 6x6x2 metros para darle estabilidad al telescopio. Inmediatamente que estuvo montado, el día 13, empezamos a obtener resultados.
El hilo en su caída pasaba por una cantidad de puntos fijos, como nodos de una onda. Estos puntos no variaban en mas de 3 centésimas de milímetro en cualquier eje. y estaba separados por unos 4 metros cada uno.
El telescopio podía ver el hilo hasta unos 100 Km de altura, lo cual coincidía con su limite practico. A posteriori, usando técnicas de composición de imágenes se lo logro ver a 200 Km.

La otra novedad de importancia vino de mi propio equipo. Gracias a un microscopio de efecto túnel con sensores múltiples (que nos permitían formar las imágenes mas rápidamente) producto del ingenio de mis ayudantes Tomas y Raquel Gines, descubrimos que la lana no era tal.
Era una enmarañada pero muy ordenada secuencia de nanotubos de carbón rodeada de melanina para aparentar hilos de origen natural. De allí que no había trazas de ADN.
Los investigadores alemanes lograron comprobar que todas las placas de cristales de plomo estaban dispersadas al azar, pero su ángulo con el eje del hilo era siempre de 45 o de 135 grados.
Si se iluminaba el hilo con ciertas frecuencias de luz, se producía un patrón de interferencia con puntos brillantes espaciados algunos miles de nanómetros.
La teoría de control automático nos decía que la precisión en la ubicación de los nodos fijos del recorrido del hilo era coincidente con la disponible con la interferometria.
Y ¡bingo! el hilo estaba iluminado noche y día por una de esas frecuencias. Lo malo es que estaba iluminado desde todos los ángulos por sobre el horizonte. Ese era un misterio aun mayor que el del hilo mismo.
Aunque nadie había revisado con anterioridad si una de la frecuencias de resonancia del sulfuro de plomo están presentes en la atmósfera, todo el tiempo...

Llegando el día veinte se verifico que el hilo estaba formado por 40.000 nanotubos de carbono semiconductor y 15.000 nanotubos superconductores. Por mas que investigamos en la literatura, ninguna empresa o laboratorio en el mundo podía obtener estos materiales.
La tecnología esta cercana a poder producir estos productos, pero la escala y el grado de precisión del hilo sagrado esta a dos o tres ordenes de magnitud de lo posible en la actualidad.

Si el fabricante no es de este mundo nos esta dando un simple ejemplo de sus capacidades. Como si nosotros mostráramos la practicidad de la birome a los escritores cuneiformes sumerios.
Y si es de este mundo es un desgraciado que podía haber presentados su productos de una forma mas tradicional. En una guerra, por ejemplo.

La noche del día 22 los sensores de velocidad de caída detectaron una disminución del 3% en su velocidad y, a aproximadamente 1.900.000 segundos desde que yo viera por primera vez la pequeña pila de misterio fluyente, el hilo dejo de caer.

Una manzana entera del barrio de Moreno en el oeste de la ciudad de Buenos Aires estaba tapada por el hilo gris. Doce casas quedaron bajo la montaña y 9 cuadras de la zona fueron evacuadas.
Trecientos investigadores se rotaron para obtener mediciones y muestras. 60 carpas de adoradores del hilo estaban instaladas en la plaza cercana. En la catedral se celebro misa todos los días. Y ocho curas exorcistas estuvieron presentes por si las moscas.
Había ciertos grupos de otras religiones pero no pudimos identificar sus funciones, imagino que equivalentes a la de los exorcistas.
En este raconto no debemos dejar de mencionar a los 20 puestos de choripanes y a las 15 toneladas de hilo que se vendieron o subastaron en internet o en ferias alrededor del mundo.

Tres horas después el grupo norteamericano de guardia encontró la punta.
El igual que el otro extremo (que mi equipo había obtenido), el corte final era un espejo perfecto dentro de la resolución del microscopio de efecto túnel, nada mas que esa punta estaba bañada en una capa de seis átomos de cobre.

Seis meses mas tarde descubrimos que en realidad el cobre había sido fundido en el corte y que cada punta de la lana de nanotubos tenia una terminación eléctrica y ya estábamos probando los varios trillones de combinaciones posibles para ver como se podía deformar eléctricamente la estructura de poliéster (bueno, no exactamente poliéster...) conectada a los nanotubos.
En definitiva, el hilo era una especie de endoscopio, un largo musculo que se podía deformar mediante electricidad y cuya posición era retro-alimentada a través de la interferometria.
La iluminación desapareció al mismo tiempo que se redujo la velocidad de caída.

El hilo ya estaba alimentando un nuevo desarrollo en técnicas de producción de nanomaquinas cuando nos llego el otro misterio: En Nigeria estaba surgiendo de la tierra una cadena de pequeños eslabones de aluminio.

Me parece que voy a tener material para seguir el programa por algunas décadas. Y el valor de mercado de las cadenas de aluminio va a aumentar. ¡Inviertan en ello!

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